julio 25, 2022

La Cultura como Derecho

Por Editor

Ensayo de la contertulia Edda Cavarico

La cultura se puede  considerar un Derecho Fundamental, puesto que  es inherente al individuo y constituye la proyección de su YO.

Por eso, desde 1946 cuando 20 individuos depositaron la confianza en el instrumento internacional de la UNESCO, ante el gobierno del Reino Unido, la violación a ese derecho es demandable internacionalmente y es compromiso de los Estados, como herramienta para ejercer los derechos humanos.

El propósito social, la misión del organismo es respetar y fomentar la cultura en beneficio de la paz, puesto que el rompimiento del individuo con su propia visión del mundo y la expresión que de él haga, lo desequilibra y lesiona a la sociedad.

Por lo mismo, recomienda que  la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones deben ser respetadas por la  ley, reconocidas por la justicia, fundamentadas como derecho humano sin discriminación o priorización de ninguna clase.

La cultura

La trascendente general, es la del ser humano en su relación con el ambiente .

Es decir, como afirma el antropólogo y catedrático universitario Tim Ingold en su obra “Evolución y vida social”, cada persona escribe su historia y los eventos hacen parte de la evolución de esa historia;  le método de cada quien parte de la percepción y representación inmediatas del paisaje sociocultural visto desde su interior, sentido en sus vivencias, retratado en sus emociones, asimilado en su conciencia, decantado y proyectado en su lógica, a través de sus sentidos; hasta se podría decir que  a través de su organismo, de su cuerpo, de su alma, de su cosmos, de su SER”.

Relación del individuo con el objeto que le genera  cultura

El vínculo que se establece entre el individuo y el objeto , puede llegar a ser patológico, lo que explica las conductas alteradas y la generación peculiar de relacionarse con su entorno, dando por resultado distintas violencias contra sí y la sociedad que cuando son grupales se denominan sub-culturas, por ejemplo la del sicariato (negativa), la del Rap (positiva), pacificadora en la reingeniería de los jóvenes de las comunas de Medellín.

Pero en general y positivamente hablando, para explicar el Derecho a la cultura, la relación sujeto-objeto (cosa) no sólo es infinita sino que genera el concepto de la palabra (sonido representativo) que forzosamente modifica el referente en que se constituye ese objeto en la vida del individuo y que a su vez sufre reordenamientos en la medida en que la novedad en la relación se presenta, se expande, se frustra, se hace dolorosa o placentera, se transforma en la memoria, etc.

El poeta y el novelista transforman lógica y particularmente -sin que represente alteración en su conducta- a las personas en objetos y a  los objetos los personifican, siendo los casos más fáciles de mencionar,“El Quijote”, efecto literario que dio vida a los molinos y fantaseó a lo largo de la creación como instrumento comunicacional de la critica social-filosófica, que, como dice en sus “Retratos” el estudioso polemista Giovanni Papini “en medio de esa literatura aristocrática y clasiquizante, estalló de repente  la bomba de “El Quijo”. Y, el de “Pinocho” cuyo creador dio vida a la madera personificada para comunicar principios educativos al niño-lector. Sin embrago, cada caso debe ser analizado dentro de las circunstancias sociopolíticas y /o sicoanalíticas que  envolvieron al autor-personaje desde su primera infancia, incluyendo los Objetos del entendimiento o, entes imaginarios y entes de la razón.

 

 

El individuo como persona humana/ humanitaria y la cultura

El mapa  del ser humano, o ADN, según algunos, demuestra condiciones inherentes a la persona, demostrando que no son exclusivamente resultado de la cultura, es decir adquiridos, como son el sentido gregario, el instinto de conservación, el sentimiento de solidaridad,  plenamente establecidos en esa carta como inherentes al ser humano, lo que refuerza el principio del Derecho de la cultura, puesto que son propios del ser, están incluidos en el principio de la dignidad humana que trabajan, inclusive, las religiones.

Por lo tanto, conceptos considerados novedosos, como el de la Persona humana, son absurdos, puesto que implica la distinción con la no humana, o sea, la aceptación de que hay otros que no poseen esas propiedades reconocidas, además, como derechos fundamentales ; es el caso absurdo de los servicios prestados a personas humanas, en caso extremo de angustia (suicidio, depresión) que recurren al consuelo, la tolerancia  y la  orientación telefónica.  Sin embrago, para expertos en derecho humanitario la expresión Persona, es aquella que perdió sus características humanas.

La persona, la comunidad y la cultura

Si se estableció la relación de la persona con el objeto y se aceptó la modificación que sobre ella aporta la palabra, es necesario tener en cuenta que los objetos pueden ser exteriores ( ej. un paisaje) o, interiores (ej. el enamoramiento) .

Los exteriores, inanimados, forman la realidad cosmológica y generan creencias, culturas.  Los exteriores animados, como son las personas más próximas (padres, maestros) también generan cultura del ser  y son los denominados entes, históricos, que al igual que los objetos tienen propiedades particulares comunes a las cosas inanimadas como el volumen, el calor, la textura, etc.

De esa relación ambiental-ecológica  entre objeto animado y objeto inanimado, comienza cada ser a construir su historia como individuo, a la vez que el instinto gregario lo lleva a compartir y comunicarse con el  otro ser, dando origen a la cultura comunitaria o a los imaginarios colectivos, por ejemplo la construcción de mitos y leyendas que son la realidad viviente de esa cultura generada en la relación ( ej. la pata sola, el fantasma)

 

Es tal el vínculo con su propio mito, que la persona lo representa, lo internaliza mediante la introyección o incorporación, apropiándose de ella y generando obras como las tragedias griegas y la escultórica de los dioses.

Más aún; los escritores dan animación a las cosas o cosifican a las personas, una vez que las  han introyectado. Repito el ejemplo de “El Quijote” y el “Pinocho”.

Los artesanos, a su vez, haciendo uso de sus cualidades  motrices, hacen sus artesanías o manualidades. Primero,  entendieron el cosmos y luego lo concretaron en figuras geométricas sobre las vasijas,  en los tejidos como las mochila wayu, haciendo de  los objetos cosas  con significación afectiva de diversos tipos dado que los estados afectivos que acompañan las representaciones objetales, necesitan de esa representación hasta llegar a la reminiscencia, aún la religiosa con los mitos y creencias en la milagrería por ejemplo del Niño Dios del 20 de julio, generando imaginarios colectivos o  cultura comunitaria.

Los diseños y las músicas, desde las culturas primarias hasta las tecnológicas y científicas, facilitan el sistema de identificación del problema social o del conflicto individual; las imágenes, por ejemplo, pueden ser representaciones de sí mismo derivadas de situaciones instintivas y estados afectivos que generan estructuras síquicas independientes, originadas en funciones autónomas primarias (percepción y memoria) como fijación de la interacción con el medio, influidos por los conflictos orales (la palabra), según lo afirmó en sus tesis el estadinense  siquiatra y  sicoanalista Otto Kerberg,  en 1977.

Siguiendo la explicación del ser, para reconocer el derecho y valorarlo, es necesario recordar que las representaciones o acciones que concretan la cultura, pueden presentarse como libidinales o agresivas. Buenas y malas, según otros. Lo malo es lo prohibido por el Super Yo, y/o por la cultura adquirida en el colectivo; el ejemplo más difícil de comprender es el del incesto, actitud corriente tiempos atrás; le siguen  la poligamia y muchas otras.

Los agresivos son buenos, cuando se refieren a manifestaciones de competencia justa, aceptada por la cultura grupal (ej. deportes, juegos). Son malos cuando por su intensidad y peligrosidad, amenazan a los demás y por esto la cultura lo prohíbe, por ejemplo,  tomarse la justicia por mano propia.

Entre estas podemos clasificar como malas, negativas, agresivas, las sub-culturas o culturas de la violencia, aprendidas de los seres históricos cercanos y apropiadas desde el ambiente asimilado.

Es así como surgen otras formas culturales; una de ellas el parlache o lenguaje del “parche” o tribu urbana de desamparados; también,  el lenguaje gestual de los raperos, la simbología  urbana publicitada en vayas y medios masivos, en general, los imaginarios urbanos de las tribus (grupos jóvenes) de la ciudad.

Aquí, es importante valorar la producción cinematográfica colombiana con éxitos como  Rodrigo D, La vendedora de rosas y La Virgen de los Sicarios. Los dos primeros actores espontáneos, surgidos de entre los  sicarios de Medellín para el filme sobre la vida en las comunas para Rodrigo D, se suicidaron; posiblemente y habría que establecerlo, la cercanía de ellos con su propia realidad, con su espejo como en el mito de Eco, los desconcertó en la internalización de sus actos.  El tercero racionalizó, elaboró el problema y superó los obstáculos seguramente aprovechando él y el Director las dos experiencias anteriores y hoy es un reconocido actor de la televisión colombiana, según su esposa cariñoso y padre con alta capacidad de ternura. – En la actriz de la Vendedora, el camino marcado por el Director, quien la adoptó en el sentido de la reingeniería que logró en ella, produjo no solo el producto cultural ganador de premios, la película, sino que le facilitó el desarrolló de la ternura y le incentivó otras cualidades inherentes al ser humano; alejada del ambiente constructivo, de regreso a la violencia, fue acusada como parte intelectual en el crimen de su esposo. Y, de los actores de la Virgen de los sicarios, novela original de Fernando Vallejo,  tampoco se seguimiento; pero es valorable reconocer cómo con el ejercicio de los derechos complementarios:  la educación y al ambiente sano, se logra un producto cultural de personas rechazadas por la sociedad que permite la construcción de escenarios negativos, malos, que generan culturas negativas, malas para ella misma. Otra subcultura incomprendida, es la del sicario de las comunas de Medellín, que unió la religiosidad a la cultura de la muerte, jugándose él la vida en cada acción; María Auxiliadora es  la  imagen de devoción con quien comparten el delito y le imploran su protección para la realización del asesinato para lo cual la manda es  un rosario o una misa, en ves de la  enmienda  del pecado, porque ellos obedecen a la cultura de la muerte y más bien sienten la lívido, el placer, el goce de matar para sobrevivir